Leyenda del fantasma del Sabaneta
D.R.A.
Los
hechos narrados en esta leyenda datan de los tiempos de la II Guerra Mundial, cuando
el gobierno de Colombia, por disposición directa de Los Estados Unidos, ordenó
tomar como prisioneros a más de un centenar de ciudadanos alemanes y japoneses,
los cuales fueron trasladados y recluidos en un importante hotel del interior
del país. El sitio, de nombre Hotel Sabaneta, estaba ubicado en el poblado de
Fusagasugá, a escasa hora y media de la capital. Este era un hotel de lujo,
destacaba por su arquitectura y sus cortinas, tapetes y accesorios, todos eran
importados. Los extranjeros permanecieron allí confinados por un tiempo
aproximado de dos años, mientras la guerra terminaba. Durante este tiempo, el
trato que se les dio fue digno, pero lo único que los torturaba era que no
podían salir en ningún momento y, desde luego, tenían que pagar ellos mismos su
estadía en dicho lugar. Fue en este contexto como una camarera, de nombre María
Josefa, se enamoró perdidamente de un alemán e hizo todo lo posible por
seducirlo, valiéndose de sus encantos tropicales. Todos los días lo asediaba,
se le insinuaba de mil maneras, trataba, en las noches, de infiltrarse en su
lecho, pero este noble señor sólo tenía su pensamiento puesto en su esposa y
sus hijos y no hallaba la hora de quedar libre para reunirse con su familia. Así
que desde un comienzo su actitud para con la insistente camarera fue cortante y
fría. Terriblemente molesta por el rechazo de que había sido objeto, María Josefa,
se asesoró de algunas amistades, poco aconsejables, quienes la condujeron donde
una renombrada bruja que vivía en cercanías del Cementerio. Siguiendo los
consejos de la hechicera, confeccionó un muñeco de trapo vestido de alemán y,
mediante un ritual, lo bautizó con nombre y apellido, clavó una docena de
agujas alrededor de su cintura y finalmente, una noche de luna llena, lo
enterró, cerca de la piscina en medio de extraños rezos y conjuros. Y sucedió que el ciudadano alemán se fue
enfermando poco a poco, se quejaba de un intenso dolor de cintura que cada día
era más fuerte, hasta que, a los dos meses falleció. Según el dictamen médico,
este señor murió de cáncer en la cintura. Los meses posteriores al funeral del
alemán, fueron tortuosos, no sólo para María Josefa, quien se sentía
arrepentida por sus actos, sino para todos los recluidos en el lugar, ya que,
en las noches, era frecuente observar el espectro del fallecido subiendo o
bajando escaleras, al tiempo que proyectaba mugidos terroríficos y gritos de
dolor. Pero lo más espeluznante de la historia es que frecuentemente se
escuchaba su voz de ultratumba diciendo: “María Josefa, María Josefa, no te
dejará en paz tu sucia conciencia”. Contaban algunos testigos que María Josefa
fue enloqueciendo lentamente hasta terminar recluida en un manicomio mientras
que el fantasma del Sabaneta seguía apareciéndose en el hotel, incluso después
de que este lugar se había convertido en ruinas.
Autor:
Héctor Cuestas Venegas
Foto: Héctor Cuestas Venegas
Agradezco sus comentarios.
ResponderEliminardigna historia para que sea replicada y reconocida como parte de nuestra cultura, lastima que las administraciones Municipales poco interés muestran por este valiozo tema....fELICITACIONES HECTOR, eres un gran profesional que aportas tu sapiensa en favor de nuestro terruño...
ResponderEliminaratte
Eduardo López
Fottógrafo.
Gracias Eduardo, muy grato encontrar comentarios de personas tan valiosas en el arte y la cultura.
EliminarMe pareció muy interesante la leyenda fusagasugeña, ya que sucedió en un lugar muy conocido de el municipio. Me gustaron los personajes, el alemán; la bruja y la mesera que terminó matando al aleman.
ResponderEliminarAtt: Luna Sofia Hurtado Vásquez
Colegio Ricaurte, grado 6A
Luna, gracias por tu comentario. Sé que han pasado varios años, pero estos aportes, como el vino, con el tiempo cobran más valor. Me alegra ser, una vez más, tu profesor de lenguaje y codirector de curso. Abrazos.
EliminarHola Héctor, muchas gracias por esta publicación tan interesante! Quisiera saber, si es posible usar la foto del hotel en otra publicación relacionada con el tema? Por supuesto con los respectivos créditos.
ResponderEliminarMuchos saludos,
Catalina Giraldo