Leyenda
de la piedra y la serpiente
Cuentan
los moradores de la región, que hace muchos años, cuando los españoles
irrumpieron en el interior del país, un indígena de nombre Inocencio Quinchaná, que habitaba a las salidas de Chuzacá, en la parte alta
del pueblo de Usatama, atemorizado por la
llegada de los extraños, recogió dentro de una mochila una gran cantidad collares, narigueras
y demás objetos tallados en oro, producto del intercambio de los insumos
agrícolas que había cultivado y trabajado durante muchos años, los llevó a la
cima de una montaña, excavó allí una cueva, bajo una gran roca y los depositó, sellando y
cubriendo la mochila con una especie de mezcla preparada previamente con
sustancias naturales como el fluido del árbol de caucho, con el propósito de
que ésta se conservara por tiempo indefinido. Luego selló la cueva y realizó un
conjuro especial aprendido de sus ancestros, mediante el cual todo aquel que se
acercara al lugar, con excepción de los niños, las mujeres impúberes o los
descendientes de su propia sangre, fuera inmediatamente espantado por espíritus
que se harían pasar por una serpiente de mitológicas proporciones. También
talló sobre la roca una especie de mapa futurista de una parte de la Sabana y
toda la región del Sumapaz, señalando allí, bajo claves secretas los diversos
lugares donde sus progenitores y otros
parientes, que no eran pocos, ya habían
ejecutado actos semejantes. En el mapa, a simple vista se ve como una especie
de ciudad gigantesca, como si se observara desde el cielo, rodeada de espacios
selváticos y montañosos. Pero este mapa no se puede ver sino en momentos
especiales como en épocas de intenso verano o en noches de luna llena. De lo
contrario, cuando arrecia el invierno, la roca se repliega hasta tomar la
apariencia de una piedra insignificante en cuya superficie no se ven más que
unas pocas arrugas, las mismas que se convierten en las líneas perfectamente
talladas por Inocencio, cuando la acción de un sol intenso o de los fuertes
rayos de luna, hacen que la piedra se infle y recobre su tamaño original.
Dicen
que muchos curiosos y personas poseídas por una poderosa ambición, han
fallecido de infarto y otros han logrado huir despavoridos, pues a lo largo de
las décadas han intentado escudriñar el misterio de la roca, pero entonces
aparece una monumental serpiente con actitud amenazante exhibiendo unos enormes
y afilados colmillos, por lo cual todo intento de búsqueda del tesoro de la
mochila ha resultado infructuoso.
Autor:
Héctor Augusto Cuestas Venegas
Fusagasugá.
Buenos dias. Soy docente pensionada residente en Fusagasuga. Deseo conocer mas mitos y leyendas del Sumapaz. Gracias
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